lunes, 30 de noviembre de 2015

Una ceremonia más..

Antes numeraba las ceremonias, ya he perdido la cuenta.
En esta ceremonia me fijé en las pausas que hace Diego a veces con su flauta, deja suspendida la melodía en un total silencio.
Pensaba entonces en una cosa que me dijo un amante de la ópera:
"Él valoraba la capacidad de apreciar la ópera por parte del público por el tiempo de silencio que tardaba este en empezar a aplaudir tras el final de la última nota".
Es decir, a mayor intervalo de silencio, mayor consideraba su sensibilidad hacia la ópera.
Yo he presenciado con cierto horror lo contrario, cuando un aria maravillosa era interrumpido por los aplausos y los bravos de un espectador segundos antes de que acabase, como si quisiera hacernos a todos partícipes, que él SÍ sabía que el aria terminaba ahí... En fin...
Y eso pensaba, que cuando una música nos conmueve requerimos un momento de silencio para escrutar el efecto que ha causado en nuestro interior para percibir el fondo de un silencio que parece mayor cuanto mayor es el impacto.
El silencio que se crea en la sala durante las ceremonias de ayahuasca, es sobrecogedor.
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En esta ceremonia el efecto ha sido cortito, pero muy significativo...
En resumen, he vomitado todo mi odio por la iglesia católica.
Para quién me conoce ya se puede hacer idea de la magnitud del vómito, jeje.
Creo que era mi último foco de odio, y la verdad, sea cual sea ese foco, por muy justificado que lo sientas, te produce una liberación abrumadora cuando lo abandonas.
También me alegraba mucho pensar como a mi madre y mi novia, a las que les duele mucho este odio, les iba a alegrar.
Y más cuando sepan que estaré encantado de ir a confesar y comulgar un día con ellas.
No es que ahora me vuelva católico ni nada de eso. Pero acepto encantado la invitación de Jesús de "Tomad y comed todos de él". Me apunto a esa ceremonia, agradecido, lleno de amor por lo que toda la idea representa. Y con la atención puesta en que mis juicios no estropeen mi deseo de compartir felicidad.
Me reía pensando en lo chocante que tiene que ser para quién me conocen verme decir estas cosas. Pero yo en el momento de la ayahusca me veía capaz de hermanarme con todo el mundo.
Estaría encantado de darle un abrazo hasta el mismísimo Rouco Varela.
Y ya me imagino a mis amigos diciendo..."aaaagggg", pero un idea que me invade totalmente es que...
"El verdadero perdón sólo se consigue cuando comprendes que no había nada que perdonar".

1 comentario:

  1. Es que los amantes de la música culta son muy finos, jajaja. En la música popular ocurre al revés. No me imagino a la audiencia, después de un tema de rock, esperando unos segundos para empezar a aplaudir, jajaja.

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