miércoles, 29 de junio de 2011

Ayahuasca en Vic: Conociendo mi personalidad.


Mi experiencia en la selva había quedado un poco en "stand by". Tenía muy claro "Por donde no quería seguir", pero no sabía "por donde seguir".
También tenía una gran asignatura pendiente (y sigo teniendo) con el tema de "Saber concentrarme".
Y con esa intención afrontaba esta nueva toma en Vic, "Entrar en ceremonia concentrado".
Lo que me encontré fue bastante distinto. Fue muy enriquecedor, y me hizo pensar, que quizás no entro en concentración, no viajo a mi corazón, porque aún no estoy preparado.
También me quedó clara la idea de no ser tan "angustias", si estoy aprendiendo tanto de mí mismo, disfruta, y ya conseguirás otros objetivos más adelante.
Hay una cosa que se repite constantemente, tanto por Diego como por los demás. La planta ya sabe como debe seguir los pasos, confía en ella, y simplemente haz la tarea que se te plantea en cada momento.
Y no tengas prisa, ese ansiado viaje, llegará cuando tenga que llegar.
Antes de comentar lo que descubrí, debería hacer referencia a como organicé mi autocrítica en la adolescencia.
Cuando decidí "Qué era lo que no me gustaba de mí", empecé a identificarlo, perseguirlo y machacarlo. Al principio parecía que era una tarea imposible, tenía el prado lleno de demonios. Pero poco a poco fui cogiendo habilidad, los demonios iban cogiendo miedo, y apenas asomaba uno el hocico...¡Zasca!, en toda la jeta.
Pronto ví el prado limpio y precioso y me reconforté.
Pero ese...NO ES EL CAMINO.
No es el camino porque lo reprimido no desaparece, simplemente no sale al consciente, pero en el subconsciente va haciendo un trabajito... QUE NO TIENE NOMBRE.
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En la selva también surgió una idea angustiosa, "Yo no mando en mí, no tengo el control".
Cuando decidí que quería silencio en mi cabeza, fue imposible.
Y me preguntaba: ¿Quién hay detrás de esta cárcel de palabras?. Mi otro yo, el que siente, el destronado, el reprimido no puede ser. Él es aún más víctima que yo.
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Así que en Vic comenzó a revelarse la estructura de mi personalidad.
Surgió una idea muy interesante, "Mi fracaso a la hora de consolar a mi amigo Xabi cuando necesitó ayuda y consuelo".
Con mi herramienta del yo racional de hacer reír, contaba mis intentos por fracasos. Y cada fracaso era una miradita de Xabi... que vamos, reflejaba el contundente fracaso.
Y le di muchas vueltas.
Mi amigo Gorka me comentaba una idea muy representativa, me decía: "Es que cuando tú sistema funciona...Está muy bien, pero cuando falla...Está MUY MAL.
En esto, que ahí estaba mi otro yo, reprimido, callado, como siempre lo tengo al pobre, y le pregunto: ¿Qué tú que miras con cara de paciencia, que hubieses hecho tú?.
Y me dijo simplemente: "Le habría dicho que le quiero y le habría dado un abrazo".
Entonces comprendí lo evidente del asunto, y lo ciego que estoy.
Ya empezaba a machacarme cuando me dijo. "No te castigues, no eres tonto, es sólo...que me necesitas"
Y fui explorando los fallos de mi vida coja de este compañero. Mi regodeo en la egolatría de lo que pensarían quienes viesen en mi tumba el SUPER EPITAFIO: "Los borregos necesitan pastores, los hombres no".
Y me descojonaba viendo la patente contradicción. Ahora siento a Diego como un pastor con todas las letras, y no me avergüenzo ni un ápice de este sentimiento.
Espero un día dejar de necesitarlo, pero disfruto enormemente de este camino de conocimiento, en el que me siento apoyado, y no tengo prisa por dejarlo, no hasta saber que estoy curado.
Así que se me plantea..."Me parece que vamos a tener que cambiar de epitafio".
Y le digo a mi pobre "compi" reprimido (y no, Oscar, aún no tienen nombre).
¿Que ponemos?. Me dijo sin dudarlo: "Viví sin miedo a amar".
Ni que decir que estoy a años luz de conseguirlo, pero me parece una guía y un objetivo maravilloso.
Y cuando sugerí la sustitución, me dijo:"No, no renuncies a tú razón, sólo déjame acompañarla, si nos dejas podemos ser amigos, llevarnos bien, cubrir uno las flaquezas del otro".
En este camino de la ayahuasca, he encontrado quién cojea de la otra parte (o al menos eso me pareció), y tampoco veo bien ese desajuste.
Así que decidido por unanimidad, tendremos que buscar una lápida un poco más grande para que quepan los dos, por igual, uno al lado del otro.
Se supone que todos tenemos un lado femenino. Quizás esta nueva parte de mí pueda ser esa parte femenina. Será bonito imaginármela así.
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Última parte: Los críos
La manera en la que explico este último descubrimiento de mi personalidad es la alegoría que sentí en la ceremonia. La ayahuasca me enseña con estas metáforas mi interior, y yo sólo transcribo lo que percibí, que por cierto, dudo que ningún psicoanalista pueda hacerlo mejor.
Si alguien piensa que tener dos tipos de voces hablando en uno mismo es estar un poquito majara, lo de ahora... se las trae.
Hay alguna más, y a estas a diferencia de las otras dos personalidades las catalogo de "Críos".
¿Por qué?.
El paralelismo es muy grande. Lo primero, estas personalidades no mandan, ni pretenden hacerlo, simplemente salen, hablan (muchas veces cuando no procede, como los críos), y si les tratas como a tal, cada vez se comportan más como un crío. Cada vez más revoltosos, cada vez más incontrolados.
Hasta ahora he identificado a tres:
1º) El graciosillo: Este es el más viejo, lleva conmigo desde que tengo uso de razón (aunque quede un poco contradictorio decir esto de mí). Cada vez se pule más, mejora en sus cualidades, evoluciona su humor. Pero tiene dos problemas. Su humor está algo enfermo, y antes de la selva se reía de cosas que no debía reírse. Vamos trabajando este terreno.
Y la segunda. Se ríe de la gente sin permiso. Hemos llegado a un acuerdo. No se puede reír a la cara de alguien sin su permiso, así que sí queremos hacerlo..."Hay que pedir permiso". Y si la pregunta temes que sea improcedente...Pues entonces no nos reímos.
Tenía al graciosillo todo preocupado: "Y si nadie nos deja...Ya nunca podré reirme de nadie", le tranquilicé y le dije:"Seguro que alguien te deja", y si no, ya sabes que siempre me parto contigo.
2º) El listillo: Este también es muy antíguo, le encanta, como a todos, fascinar, que le feliciten, pero también tiene un poco alterado el rumbo, cree que sólo hay fascinación en lo que descubre la razón, tiene que aprender de mi nuevo compañero a buscar la sabiduría del alma.
3º) El narrador: Este es el más joven, para él internet ha sido la bomba. Antes sólo lucía con las cartas, pero ahora, con las técnicas todo es tan rápido. Y un mensaje currado puede llegar a tantos...
Creo que en estos momentos es el que más daño me está haciendo. Apenas siento algo, ya está él... "Jó, que bueno es esto que estás sintiendo, yo lo contaría así, y así", y me muestra las caras de los supuestos lectores, y su fascinación, y yo me regodeo en ello, y pienso que responderían, y que les respondería yo....y....me olvido de qué coño estaba sintiendo.
Eran ellos los que no callaban, las voces que me volvían loco, que me impedían(y me impiden) dejar mi mente en blanco. Al reprimirlos, pasaron al subconsciente y se hicieron indómitos, incontrolados.
Es como un padre que intenta reprimir a sus hijos, llevar el control sin su opinión, decir que la única opinión válida es la suya.
Los hijos acatan la autoridad, pero por detrás la mofa y befa del padre son toda una fiesta.
Pero saben que cuando papá aparece, se tienen que callar y poner firmes. Y si quieren montarla, tiene que ser por los pasillos incontrolados (que los encuentran, ¡Vamos si lo encuentran..."La casa de putas" que me habían montado por dentro era para flipar)
Una de las sensanciones que tuve con ellos como "Padre" fue hablando del tortazo que me he dado con mi super idea del "Quitarme de sufrir".
Parecía que hacían bromas sobre que ellos ya lo sabían, y les pregunté: "¿Pero vosotros sabías que me la estaba pegando?". Y me dijeron..."Se podría hacer un libro con las guasas que hemos hecho de tu superocurrencia".
Y la siguiente pregunta fue: "¿Y por qué no hablasteis?, y la respuesta fue: "Porque dejaste claro que aquí no cuenta más opinión que la tuya".
Y supongo que esa lección es la que un padre aprende cuando se da cuenta que sus hijos ya pueden ser adultos, que deben ser adultos. Ese es el momento en el que dices: "Y cómo puedo a partir de ahora beneficiarme de la sabiduría de mis hijos". Y la respuesta es clara. Les dices..."Por el amor de Dios...no me hagáis caso".
Y en eso estoy, en intentar hacer adultos y responsables a los críos.
A partir de ahora, nada de reprimir, solo comprensión y amor.
Los trato como si fuesen mis hijos, queridísimos. Cuando la planta me propone el viaje a mí corazón, me dice: "Los críos déjatelos en casa".
Y no es una prohibición, es que necesitas estar atento, en silencio, concentrado...¿Tú crees que te van a dejar?.
Y la respuesta es un "NO" rotundo. No callarían. Ninguno de los tres.
Así que les hago comprender, les digo cuanto les quiero, que luego les voy a contar, y hay abrazos, y lloros, y luego me los imagino todos nerviosos..."Hala, ¿que verá?, no puedo aguantar la emoción".
También les pido su apoyo, su silencio mientras intento concentrarme, les conmino a fijarse lo que me cuesta concentrarme y les pido por el amor que me tienen que se esfuercen en estar callados en esos momentos, viendo sobre todo el esfuerzo que necesito para concentrarme, lo que me frustra tantos fracasos en la misma batalla.
Todo está enfocado bajo el prisma del cariño, del diálogo, de pedir ayuda, de conminar al amor mutuo.
Y por supuesto les empiezo a tratar como adultos. Les pregunto uno a uno: "A ver, ahora, antes de seguir en este proyecto de la ayahuasca, ¿que os parece a cada uno?, a tí listillo, ¿Que te parece?.
Y le entra la risa, porque nunca le he preguntado nada. Le digo: "Bueno, imagínate que ya eres mayor, ¿quién querrías ser de mayor?", me dice "Einstein", "Vale, eres Einstein, me conoces y yo te pregunto ¿Crees que hago bien?, y me dice con una seriedad un poco disimulada: "Sí, por supuesto". Los otros se parten.
Pero luego les toca jugar a ser mayor a los otros, y les pregunto a todos. No quiero que luego haya golpes de estado por "lo bajines".
Y así finaliza mi última sesión de ayahuasca, con un intento fracasado de concentración pero con unas personalidades descubiertas, a las que quiero y acepto como mis hijos, y con las que dialogo y razono, pero nunca reprimo.
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Otras cositas:
La idea de sustituir la represión por la "Comprensión-amor", se me puso en práctica esa misma sesión.
Cuando recordé mi "fiasco" como consolador de la depresión de Xabi, la volví a revivir esta vez haciéndolo bien, soñando que nos entendíamos, y yo sintiendo mucha empatía por su sufrimiento, cuando apareció un pensamiento en mí cabeza..."Pobre... sí, pobre pero...menos mal que no me ha pasado a mí".
Mi primera reacción fue de asco por pensar así, de represión, de castigo, de vergüenza, pero pronto puse en práctica lo aprendido. Y asumí, "No soy ningún santo", por mucho que lo pretenda, y ese tipo de pensamientos..."También los tengo yo", sí José, tú también eres débil y piensas cosas feas.
Así que asumí mi imperfección, sentí mi debilidad, mi egoísmo, y miré de frente a esa idea, que estaba en mí, que nacía de mí, y después de mirarla bien, y de asumirla, le dije con cariño: "adiós, idea, adiós, le soplé para que se desvaneciese y le dije, "Te tienes que ir de mí porque me distraes de lo importante".
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Otra cosa curiosa es cuando me preparaba para el viaje a mí corazón, y ya había dejado a los críos en casa. Entonces hablando con la voz, le decía: "Es que me duele muchísimo la espalda", y me dijo: "Pues dile que se venga" "¿a quién?", "A tú dolor de espalda. Tu dolor de espalda es adulto, sabrá comportarse, dile que se venga, que es bien recibido".
Cuando se lo dije, puso una cara, el pobre. No sabía ni que tenía identidad propia, se apuntó encantado claro. Orgulloso de que le otorgasen el rango de "compañero de viaje".
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Más anécdotas que me he ido dejando en el tintero:
A mitad de ceremonia, Diego puso a sonar una caja de luces y risas. En medio de la solemnidad que preside estas ceremonias, me pareció todo tan gracioso, que me reí con unas ganas y una alegría...
Luego cuando Diego se fue, me levanté y le di las gracias: "Gracias Diego por el regalo de reírme sin entender".
El me miró sorprendido con esos ojazos tan expresivos y me dijo: "¿Pero tú no sabías?" y yo le respondí: "Noooo".
Se alegró por mí y nos dimos un abrazo.
Luego Iratxe me dijo que había intentado entender la broma sin conseguirlo, y yo le dije, "No, no es por ahí, la razón no tiene nada que comprender, es por otro lado".

1 comentario:

  1. De Xabi:
    Muy interesante y bonito.
    Al relator yo creo que lo tenemos unos cuantos de los que hemos usado la planta, aunque por lo escueto de las intervenciones en el cierre de ceremonia y lo poco que se prodigan los escritos (emails, blogs) entre los participantes, me parece que no es muy habitual ese aspecto relator. Yo al menos lo tengo, aunque ya aludí en mi blog a su doble carácter (egolatría pero también compartición).
    Y muy curiosa la imagen de los críos como hijos tuyos y la relación paterno-filial que tenéis.
    También me ha reconfortado tu reflexión sobre mi etapa depresiva y tu actitud al respecto.
    La verdad es que yo creo que le has sacado mucho provecho a esta última sesión, cosa que no intuía en tal magnitud.
    Un abrazote!

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