Cambios

Estoy un poco a la espectativa de un "Curso de meditación" que he hecho.
Estas técnicas son muy sencillas. No en su origen y fundamento, pero sí en su aplicación.
Tienen dos variantes a mi modo de ver muy diferentes.
Con ojos abiertos, según vas por la calle, trabajando, hasta cagando si quieres.
Y la otro con los ojos cerrados, que se parece más a la meditación clásica.
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Su fundamento es radicalmente diferente a otras técnicas. En las otras técnicas tienes que pelearte con tus pensamientos, e intentar que desaparezcan. Esfuerzo complicadísimo y las más de las veces, estéril.
Aquí no, sólo tienes que realizar la técnica y observar los pensamientos.
El objetivo es sacar al observador del torrente de los pensamientos, y diferenciarlos de ellos. Yo no me embarco en las emociones y los pensamientos que tengo. Yo soy el observador.
Esto es más claro para la técnica de ojos cerrados. (Refiriéndome a mi experiencia)
En la de ojos abiertos, que a mí me está produciendo muchos más éxitos, se revela como una herramienta de poder demoledor contra los malos pensamientos recurrentes. Juicios negativos (que te encogen y empequeñecen), miedos (que te impiden abordar una situación), historias que me monto y que me extraen del aquí y ahora...
Eso está cambiando totalmente mi nivel de stress y de paz.
Descubro nuevos logros muy evidentes.
Por ejemplo. No me miraba al espejo. Ahora puedo jartarme de mirarme.
El trabajo, y las broncas de mi jefe eran una angustia que me estaba destrozando, ahora estoy allí, me acerco al momento sin miedo, y lo abordo sin angustia, y sin entrar en la espiral de negatividad de "hay una conjura contra mí". Que igual la hay, pero no es asunto mío, y que si la hay en algún grado, probablemente sea yo el causante, y no por comportarme bien (como me gusta pensar) sino por hacerles sentir que son una mierda moralmente. Sensación negativa que ellos me devuelven alegremente a su modo.
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E incluso fuera del trabajo sucede lo mismo.
Entraba en la dinámica de juzgar negativamente a alguien y me embarcaba en esa espiral de frases punzantes y llenas de deseos de destrucción, y totalmente carentes de empatía...
Y alguien pensará... ¿Y qué importa si sólo las piensas?.
1º) me estaban destruyendo a mí.
2º) No sé como pero los otros lo perciben, se transmitirá por ondas, energías negativas... que se yo. Pero parece que lo perciben.
Y al percibirlo, reaccionan negativamente. Es decir, mi crítica no les hace mejorar, sólo perciben mi negatividad y la incrementan.
Me doy cuenta de lo efectiva que es mi energía negativa que regalo tan alegremente al universo...Y que este último me devuelve incrementada...¡Mire usted que bien!.
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Y al mirar a los niños, sobre todo en la edad de mi sobrina Irati, que aún no tiene un año.
Ahora que me voy librando de estas ataduras, "la veo mejor".
Como en Avatar, "Te veo".
Y lo más curioso es que me parece que ella ve en mí lo que los adultos no. Está viendo mis cambios. No percibiendo los cambios en mi comportamientos... Sino que "los ve".
O eso me parece cuando le veo cómo me mira.
Y es como una energía que se multiplica, yo le miro y ella me mira con asombro, como diciendo "Te veo" y yo "Veo que me ve", y ella "Ve que veo que me ve". Bonito juego.